Bocas del Toro: la joya caribeña poco conocida
Puede que Bocas del Toro sea el secreto mejor guardado del Caribe, lo que la convierte en una rara joya fuera del radar. Parte tierra firme y parte archipiélago, Bocas es una de las dos provincias más occidentales de Panamá, justo en la concurrida frontera con la vecina Costa Rica.
Toma un vuelo de una hora desde la capital de Panamá hasta Bocas Town, en la isla principal del archipiélago, Isla Colón, y de repente te encuentras en un mundo diferente. Te rodean cientos de islas e islotes más pequeños, repletos de exuberante selva tropical. Muchas están completamente deshabitadas, lo que hace que los visitantes se sientan como si hubieran retrocedido a tiempos prehistóricos. Otras forman parte de las reservas autónomas de los Ngäbe-Buglé, una de las mayores tribus indígenas de Panamá.
Las innumerables playas de Bocas son la quintaesencia del Caribe… aguas turquesas y arenas blancas, cocos que crecen en una franja de palmeras de color verde brillante. Fuera de las zonas de reserva, los lugareños son principalmente de ascendencia africana. Algunos de sus antepasados proceden de otras partes del Caribe, como Jamaica y Barbados, mientras que otros descienden de esclavos africanos traídos aquí por los colonizadores.
En el Caribe llueve el doble que en la costa del Pacífico: unos 120 centímetros al año frente a 60-70. Aun así, Bocas sigue siendo popular… y con razón. Los días suelen empezar soleados, y las nubes de lluvia aparecen a partir de las 2 de la tarde. Y como está completamente fuera del cinturón de huracanes (todo Panamá lo está), los visitantes son de lo más variado, desde mochileros, surfistas y bohemios hasta los más adinerados, que son trasladados en helicóptero a los centros turísticos de las islas periféricas.
La próspera comunidad de expatriados de esta región -centrada sobre todo en la Isla Colón- incluye a jubilados, veinteañeros y todo lo que hay entre medias. Muchos expatriados han abierto un negocio aquí, y entre las historias de éxito se encuentran un popular restaurante indio llamado Om Café y Super Gourmet, una tienda de delicatessen y vinos de lujo.
Cómo llegar a Bocas del Toro
Aunque muchos visitantes optan por volar, la carretera de Ciudad de Panamá a Bocas cruza la divisoria continental, y el paisaje es espectacular. El trayecto hasta la ciudad continental de Almirante es de unas 360 millas y dura entre siete y ocho horas. Una vez en Almirante, se tarda media hora más en llegar al pueblo de Bocas en ferry o taxi acuático.
Puede que Bocas Town no te impresione. El aeropuerto y los muelles pueden parecer poco atractivos para los forasteros. Y si llueve -lo que es frecuente en esta zona- no podrás disfrutar de todo el impacto de los azules pálidos y verdes cristalinos del océano. No te desanimes… sigue hasta la franja principal y verás una bulliciosa ciudad caribeña, con una excelente variedad de posadas, restaurantes y locales nocturnos. Los nuevos contenedores de reciclaje, la prohibición de las bolsas de plástico, los paneles solares y los sistemas de captación de agua están ayudando a mantener esta región limpia y prístina. Aunque Isla Colón sigue teniendo esa sensación de isla pequeña, un flujo constante de turistas y una comunidad internacional divertida y acogedora contribuyen a que la vida aquí sea interesante.
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Estilo de vida en Bocas del Toro
Los expatriados que viven aquí suelen sentirse atraídos por las actividades acuáticas, como el snorkel y el paddleboard, y están muy involucrados en la vida de la isla. Muchos de ellos son voluntarios en organizaciones locales o ponen en marcha sus propias iniciativas benéficas. De este crecimiento ha surgido mucho bien, ya que la comunidad trabaja para proteger la flora y la fauna, encontrar usos innovadores para el plástico reciclable y mucho más.
David y Alli Emerson se trasladaron a Isla Colón en 2015, tras quedar maravillados por unas imágenes de viajes que vieron en televisión. Hoy son los propietarios de un pequeño B&B llamado Surf Break @ Paunch. Situado en el “lado tranquilo” de la isla, están a unos diez minutos en bicicleta del bullicio del centro de la ciudad. Viven en el lugar, por lo que nunca tienen que desplazarse al trabajo.
“Es muy agradable estar aquí, en nuestra propia casa. Los perros pueden corretear y podemos sentarnos por la noche a mirar las estrellas”, dice Alli. Aunque estos días hay docenas de coches en Isla Colón, el tráfico que pasa por Paunch es muy ligero. “Es estupendo ver a la gente ir en bicicleta a la playa”, dice David. “Para eso se construyó este pueblo”.
“Mi época favorita del año es de septiembre a octubre, cuando las aguas alrededor de nuestra playa se calman mucho”, dice Alli. La playa nunca está abarrotada: no hay música alta ni molestos vendedores ambulantes. “Piensa en tu playa favorita de EE.UU. e imagina que te quitan las multitudes, para tenerla toda para ti. Así es aquí”.
La ciudad de Bocas cuenta con un hospital público que ofrece atención económica. Los servicios son básicos: el hospital está equipado para hacer radiografías, pruebas de laboratorio y trabajos dentales menores. Para cualquier cosa importante, los residentes viajan en barco o en avión a Ciudad de Panamá o a David (una gran ciudad a unas cuatro horas en autobús y ferry).
Bienes inmuebles en Bocas del Toro
Gran parte del territorio caribeño de Panamá está formado por reservas naturales y territorio indígena, lo que hace imposible comprar o construir una propiedad. En el resto de Panamá, la tierra suele estar debidamente titulada y es segura para comprar, y los extranjeros disfrutan básicamente de los mismos derechos que los locales. Sin embargo, muchos de los terrenos que verás anunciados a la venta en Bocas no tienen título o tienen Derecho de Posesión (ROP). Por este motivo, es mejor alquilar aquí que comprar… al menos hasta que te familiarices con el paisaje y conozcas bien los riesgos.
Con un coste de la vida mucho más bajo que el de lugares más conocidos, como las Bahamas, Bocas es actualmente un gran lugar para alquilar. Recientemente, expatriados y lugareños emprendedores han aumentado la oferta local construyendo pequeñas y sencillas casas y apartamentos que se alquilan por tan sólo 550 dólares al mes. Un condominio totalmente amueblado que se vendió hace poco por 600 $ al mes incluía incluso WiFi.
Por supuesto, en Bocas también se ofrecen algunos apartamentos y casas más grandes. Un apartamento de dos dormitorios y dos baños en una zona tranquila, con acceso compartido a un gran jardín y terraza, con aire acondicionado, estuvo disponible recientemente por 1.100 $ al mes, mientras que un apartamento idéntico sin aire acondicionado cuesta sólo 950 $ al mes.
Con un coste de vida mucho más bajo que el de lugares más conocidos como las Bahamas, completamente fuera del cinturón de huracanes y a sólo una hora de vuelo de la cosmopolita Ciudad de Panamá. En estos momentos, Isla Colón es un lugar fantástico para alquilar.
El hecho de que la cantidad de viviendas pequeñas en alquiler se haya disparado, significa que puedes elegir. Un condominio totalmente amueblado se ofrece por 600 $ al mes e incluye WiFi y agua, el aire acondicionado es un extra.
Por supuesto, en Bocas también se ofrecen algunos apartamentos y casas más grandes. Un apartamento de dos dormitorios y dos baños en una zona tranquila con acceso compartido a un gran jardín y terraza con aire acondicionado está disponible por 1.100 $ al mes, mientras que el mismo apartamento sin aire acondicionado está disponible por 950 $ al mes.
Dependiendo del estilo de vida que elijan los expatriados, una pareja puede vivir aquí con tan sólo 16.800 dólares al año, o 1.400 dólares al mes, alquilando una casa sencilla y acogedora de estilo isleño.
Tienes opciones en Bocas, tanto si quieres estar en la parte más concurrida de la ciudad, cerca del aeropuerto o de los puertos de los taxis acuáticos, como en las zonas más tranquilas que constituyen la mayor parte de la isla. Cada vez hay más turistas y se habla mucho inglés. Hay expatriados de todas las edades, tanto trabajadores como jubilados… y las oportunidades de socializar y divertirse son infinitas.
Coste de la vida en Bocas del Toro
Dependiendo del estilo de vida que elijan los expatriados, una pareja puede vivir aquí con tan sólo 16.800 dólares al año, o 1.400 dólares al mes, incluyendo el alquiler de una acogedora casita de estilo isleño.
Los expatriados Renee Proctor y Fred Renner dicen: “Nos traen cerveza y agua a casa. Una caja de cerveza cuesta 13 dólares, entregada directamente en la puerta. Nuestra factura de agua es de poco menos de 6 dólares al mes y pagamos unos 100 dólares al mes por la electricidad. Gastamos entre 400 y 500 dólares al mes en carnes especiales y comestibles, aunque podemos conseguir una bolsa de verduras locales frescas por 8,50 dólares”. Una persona sola podría gastar tan sólo 80 dólares a la semana en alimentos, principalmente productos locales, con algunos productos orgánicos o importados.
En el pequeño hospital público, pagas tan sólo 2 dólares por una consulta y 22 por una radiografía. Los taxis acuáticos entre islas cuestan tan sólo 3 $. Si quieres ayuda en casa, una asistenta te cobrará unos 5 $ la hora por barrer, fregar, cambiar las sábanas, hacer la colada, lavar los platos… incluso te ayudará con la preparación y la cocina si quieres.
La siguiente tabla ofrece un ejemplo de presupuesto mensual para una pareja que vive en Bocas del Toro
Vídeo de la visita a Bocas del Toro
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El refugio secreto de Bocas del Toro, Panamá
Cuando mi marido, Doug, y yo decidimos pasar siete semanas en Bahía de los Delfines, parte del archipiélago de Bocas del Toro en el extremo noroeste de Panamá, no estábamos seguros de lo que nos depararía esta aventura… Otros viajeros nos habían dicho que llovía mucho y que la compra de alimentos sería muy escasa.
Nos encantó comprobar que estas historias eran en su mayoría inexactas. Nos ha sorprendido gratamente. El sol ha brillado para nosotros casi todos los días y comemos mucha comida deliciosa. Frutas tropicales frescas todos los días, yogur y granola por la mañana, ensaladas verdes frescas, pescado y marisco local, y mucho más. Nos damos un festín con muchos tipos de plátanos y hacemos nuestro propio zumo con los abundantes limones y naranjas de la tierra. Para mantenernos sanos, bebemos agua de coco fresca.
La compra de alimentos es bastante fácil y las opciones son abundantes. Los precios son comparables a los del resto de Panamá. Por unos 100 dólares a la semana, tendrás mucha variedad. Los pequeños mercados de la ciudad tienen todo lo básico; las dos pescaderías tienen mucho marisco y la charcutería tiene muchas delicias europeas y alimentos de tipo “gringo”. ¿Qué más podrías desear? ¿Quizás un Costco para todos tus productos básicos y grandes artículos? No hay problema. Por una pequeña cuota, aproximadamente el 5% de tu gasto, una señora local irá a comprar por ti a la ciudad más grande de David y te traerá todos los pedidos semanales para que los recojas aquí mismo, en la ciudad de Bocas.
En todo el archipiélago de Bocas hemos descubierto pequeños restaurantes y bares flotantes a los que sólo se puede acceder en barco. La navegación aquí puede ser un poco difícil porque hay muchas islas de manglares deshabitadas y estás a merced del tiempo. Sin embargo, es parte de la diversión de vivir fuera de la red, donde no hay carreteras de las que depender.
Tenemos el placer de vivir en una hermosa granja de cacao orgánico en la Bahía de los Delfines, rodeados de la mejor naturaleza. Nunca habíamos experimentado un entorno tan pacífico y tranquilo. Anoche, nos maravillamos con un cielo de lo más espectacular. Un número infinito de estrellas brillaba sobre un lienzo sin luna.
La comunidad de expatriados aquí en Bahía de los Delfines es un grupo muy interesante. Son amables, acogedores, pero también disfrutan de su intimidad. Valoran la vida sencilla y tranquila sin tener que depender de los servicios de la ciudad. Los paneles solares proporcionan la energía, los sistemas de captación de lluvia suministran el agua potable y las pequeñas embarcaciones son el sistema de tránsito.
Muchos de estos aventureros llegaron en barco. Navegaron hasta aquí desde todo el mundo, quizá de camino a otro lugar, y acabaron echando el ancla en Bocas y llamándola hogar. Tienen antecedentes fascinantes e historias asombrosas que compartir. Han traído consigo un espíritu especial que les une en su nuevo hogar.
Cada semana, me uno a un pequeño grupo de mujeres que juegan al dominó. Doug y yo participamos en proyectos de la comunidad local, y esperamos simplemente compartir el brunch del domingo por la mañana en un popular restaurante flotante. Las actividades diurnas son abundantes, pero cuando el sol se pone, es hora de volver a casa y arroparse para una larga y descansada noche.
Al igual que nosotros, puedes pasar por aquí si eres un poco aventurero y tienes buenos conocimientos de navegación. Mi marido y yo vivimos una experiencia para recordar toda la vida. Este refugio secreto, conocido como Bocas del Toro, espera que lo descubras.
